22 de julio de 2014

¿Qué nos enseña Trainspotting de las toxicomanías? (V)

Y hoy hablamos del consumo, del acto de chutarse, picarse, meterse jaco… La película y la novela son excesivamente gráficas con el acto del consumo, con sus rituales, con la música. Nos explican con todo tipo de detalles cómo hacer un pico y sus rituales en el 33’ 07’’.

En esta escena nos lo presentan como el gran orgasmo sexual nunca jamás experimentado: “Deja caer una bola de algodón en la cucharilla y sopla sobre ella, antes de absorber unos 5 ml con la aguja hasta la cámara de la jeringuilla. Ha hecho asomara golpecitos una enorme vena azul, que casi parece estar saliéndose del brazo de Ali. Atraviesa su carne e inyecta lentamente un poquito, antes de bombear sangre hacia el interior de la cámara. Los labios de Ali vibran mientras le contempla suplicante durante uno o dos segundos. La cara de Sick Boy es fea, como de reptil, y mira de soslayo antes de impulsar el cóctel hacia el cerebro de la chica. Ella echa la cabeza hacia atrás, cierra los ojos y abre la boca, dejando escapar un gemido orgiástico. Los ojos de Sick Boy están ahora llenos de asombro y tienen una expresión inocente, como los de un crío que acaba de descubrir un montón de regalos envueltos bajo el árbol el día de Navidad por la mañana. Ambos resultan extrañamente hermosos y puros a la vacilante luz de la vela. «Esto es mejor que cualquier inyección de carne... mejor que cualquier puta polla del mundo...», jadea Ali, completamente en serio”. (P. 9).




En el rock siempre encontramos canciones que acompañan al acto como Heroin de Lou Reed: “El vulgar capullo rompe la regla dorada del yonqui poniendo «Heroin», la versión que hay en el Rock 'n' Roll Animal de Lou Reed, que cuando estás con el mono es aún más penosa de escuchar que la clásica de The Velvet Undergroundand Nico. Eso sí, al menos esta versión no tiene el pasaje de viola chirriante de John Cale. No podría haber soportado eso”. (P. 8)






Es el principio del libro, aparece la llamada luna de miel, como la definía Olivenstein (1972). El consumidor de heroína vive en plena felicidad. Progresivamente, el adicto se siente impulsado a transformar en heroína todo el dinero de que dispone, y suela autoadministrase toda la heroína que ha podido adquirir (...) La búsqueda de placer se convierte en el refuerzo de la conducta debido a la dependencia física; necesita mantener la dosis, para evitar síntomas de abstinencia. Y por el efecto de la tolerancia, necesita aumentar la dosis para conseguir el efecto euforizante que persigue. Sus necesidades de dinero y heroína aumentan hasta llegar al robo, prostituirse o negociar con la droga. Entonces aparece la segunda etapa, en la que la felicidad inicial desaparece (...) En este momento está dispuesto a cualquier cosa para evitar el síndrome de abstinencia. (Seba, A., 1999, P. 50).

Clínicamente hablando, el acto del consumo de heroína nos lo explica Gual (2011, P. 368): La administración intravenosa de heroína produce un cuadro de euforia que puede durar de 10 a 30 minutos. Posteriormente aparecen letargia, somnolencia y apatía, o disforia, que pueden durar de 2 a 6 horas.

El consumo habitual produce, en primer lugar la Tolerancia. El proceso farmacocinético y farmacodinámico que obliga a aumentar progresivamente la cantidad de sustancia consumida con el fin de conseguir un determinado efecto psicoactivo. (Gual, A, 2011, P. 362). Y de ahí el Síndrome de dependencia, característico de los personajes de Welsh. El que no lo es por la heroína, lo es por otra sustancia como Frank Begbie, con el alcohol. El CIE – 10 de la OMS nos lo define como un Patrón desadaptativo que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativos, expresado por tres (o más) de los ítems siguientes en algún momento de un periodo continuado de 12 meses:

  1. Deseo intenso o compulsión a ingerir la sustancia. Manifestación fundamental. No hay momento de la película que no haya deseo intenso de ingerir alguna sustancia psicoactiva.
  2. Consciencia (subjetiva) de disminución de la capacidad de controlar el consumo. "Tengo que salir de aquí, tío", grita, poniéndome en pie. Se acerca a la ventana y se apoya en ella, respirando con dificultad, con aspecto de animal acosado. En sus ojos sólo había urgencia (P. 5). 
  3. Consumo para aliviar síntomas abstinencia (convencimiento de que es método efectivo).
  4. Efectos fisiológicos de abstinencia. Dependencia física.
  5. Tolerancia (aumento progresivo de las dosis). Dependencia física.
  6. Disminución progresiva del repertorio del patrón de consumo. Empiezan fin de semana, acaban varias veces al día.
  7. Abandono progresivo de otras fuentes de placer, entretenimiento y satisfacción. No hay otro pensamiento en la vida del protagonista, olvidan el fútbol, las relaciones sexuales, el trabajo, los estudios, la familia…
  8. Persiste en consumo a pesar de evidencia del perjuicio (orgánico, social...). Varios ejemplos nos valdrían aquí, pero quizá no hay ninguno más gráfico que en el monólogo inicial: “yo elegí no elegir la vida”.
  9. Recaídas tras abstinencia. La película vemos recaídas – rehabilitación en todo momento. No podemos saber con certeza, en el final, si con todo el dinero que tienen no va a seguir con la adicción. Es parte del proceso como nos recuerdan los autores de la entrevista motivacional Millner y Ronnick (1999). Seba (1999, P. 80) nos explica las funciones de la recaída. La recaída en el transcurso de un proceso de reeducación tiene una doble función: En primer lugar, El drogodependiente toma contacto con una ambivalencia característica (quiero, pero no quiero; puedo, pero no puedo), que se concreta en una falta de previsión y control sobre sus actos. Bien dirigida, representa un aprendizaje importante de cara a descubrir lo que puede y no permitirse, así como los límites que se deberá marcar para conseguir vivir sin drogas en el futuro. Y en segundo lugar, puede representar un afianzamiento y consolidación en el proceso que está siguiendo en la medida que comprueba que necesita ayuda.

Y ante la falta de heroína aparece el síndrome de abstinencia, es decir, el mono. Que ya se empiezan a vislumbrar antes de que llegue, en el caso de los opiáceos. Lo que Renton llama el “limbo yonki”. Aquí estoy en el limbo del yonqui; demasiado chungo para dormir, demasiado cansado para quedarme despierto. Una zona de crepúsculo de los sentidos donde nada es real salvo una miseria y un dolor aplastantes y omnipresentes en tu mente y en tu cuerpo. Noto sobresaltado que mi madre está sentada sobre mi cama, mirándome silenciosamente (48’ 30’’).

El CIE – 10,  nos dice que en el síndrome de abstinencia aparecen los siguientes síntomas:
  1. Reciente disminución/suspensión del consumo
  2. Síntomas no se justifican por otro trastorno somático/psíquico
Y en, concreto, en los opioides:
  1. Deseo imperioso
  2. Dolor muscular, calambres
  3. Midriasis, piloerección, escalofríos
  4. Rinorrea, lagrimeo, estornudos
  5. Vómitos, diarrea
Todo ello explicado por Renton de la siguiente manera: "Sudor, escalofríos, nauseas, dolor y ansia. Un estado de necesidad como nunca antes he conocido se apoderará de mí."
Y sobre el último punto, la diarrea, es explicada por una de las escenas más recordadas de la película “El peor baño de Escocia”. Y así lo explica en la novela Welsh: “Algo que sí percibo es una gran fluidez en las entrañas. Parece como si me estuviera derritiendo por dentro. Llevo cinco o seis días sin cagar; parece ser que toca ahora. Me pedo e inmediatamente remato, sintiendo húmedos sedimentos en mis calzones junto a una aceleración del pulso. Piso los frenos a tope, apretando los músculos del esfínter todo lo que puedo. El daño está hecho, sin embargo, y va a ser mucho peor si no actúo inmediatamente. Me planteo volver a casa de Forrester, pero de momento no quiero tener nada más que ver con ese mamón. Me acuerdo de que la tienda de apuestas del centro comercial tiene un retrete al fondo”. (P. 23).




Para finalizar el epígrafe del consumo, tenemos que destacar la sobredosis que aparece en la película de forma muy gráfica, muy visual en el 44’ 00’’ mientras suena el tema de Perfect Day de Lou Reed. Finaliza con la inyección en urgencias que, suponemos, es de naloxona un antagonista opiáceo. En la sobredosis se produce una depresión respiratoria y edema agudo de pulmón que puede provocar la muerte. La administración de un antagonista opiáceo, como la naloxona, revierte el cuadro de manera inmediata. (Gual, 2011, P. 368)

Continuará... 


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