16 de julio de 2014

¿Qué nos enseña Trainspotting sobre las Toxicomanías? (III)

Ya vamos por la 3ª entrega dentro de nuestro serial de Trainspotting. Si en la entrada anterior hablábamos sobre las causas biológicas y psicólogicas, hoy nos centraremos en las sociales. La película no profundiza tanto en ello. Por el contra, en la novela son numerosas las referencias a las causas socioeconómicas que causaron tantos adictos a la heroína en esta zona de Gran Bretaña, el barrio de Leith, en el puerto de Edimburgo.

Mark Renton y Sick Boy corriendo por Princes Street. Fuente: http://lagranilusion.cinesrenoir.com/  

Causas sociales que tuvieron, por tanto, consecuencias sociales, creándose así un círculo viciosos de marginación, enfermedad y discapacidad del que era difícil de salir, tanto a nivel individual como social. En la sociedad están presentes factores para el mantenimiento de los hábitos de consumo: la disponibilidad de las drogas capaces de crear dependencia es cada vez mayor; son escasas las alternativas estatales adictivas; el adolescente siente la necesidad de experimentar situaciones nuevas, de riesgo, transgresoras de las reglas sociales; el gran crecimiento urbanístico es generador de secuelas tales como la marginalidad, el desempleo por la excesiva densidad de población... (Seba, A., 1999, P. 29).

Por ello, con la llegada de la epidemia de la heroína, el barrio de Leith,  era un lugar más que propicio para tener un gran número de seguidores y adictos. Desde 1983, en algunas regiones de Escocia, a diferencia de Inglaterra, se ha producido una mayor expansión del SIDA  debido al consumo de droga (…) Edimburgo es conocida como una de las ciudades más aisladas de Gran Bretaña desde el punto de vista social. A principios de los años 80, el problema de la droga en forma de consumo de heroína se puso de manifiesto en algunos barrios desfavorecidos (Lewis, R., 1999, P. 65). Y es frecuente encontrar en las familias de los "niños drogadictos" situaciones como la precariedad económica y la inestabilidad laboral, relaciones afectivas problemáticas, alcoholismo paterno, violencia familiar, ausencias prolongadas y carencias afectivas y desarraigo del medio de origen (Seba, A., 1999, P. 30).

El autor de la novela nos explica esta situación, durante la promoción de la precuela de Trainspotting, Skagboys (2012). Irvine Welsh ahora retrocede unos años para explicar por qué (razones personales, pero también de estado) cayeron en desgracia sus protagonistas: “En los ochenta, con Thatcher, se creó la cultura del desempleo que abocó a tanta gente a la droga, a perder todas las voces de la clase trabajadora para que quedara solo una, la más apagada. Ni música, ni fútbol, ni libros, ni risas".

En aquellas condiciones, como nos recuerda Lewis (1999) surgió un mercado negro de heroína, junto con un rápido aumento del consumo de otras drogas, en particular en Edimburgo y Glasgow. No pasó mucho tiempo antes de que las sustancias opiáceas ilegales y sus consumidores pasaran a formar “parte del paisaje” (Barnard y McKeganey, 1990, P. 66).

Como nos referíamos antes, estas causas que conllevan al consumo de heroína, tienen unas consecuencias sociales que refuerzan la marginalidad de la zona y de sus vecinos, como la aparición de las shooting galleries (chutódromos) aparecieron con el cese de los suministros quirúrgicos de Bread Street a mediados de los ochenta, lo que fomentó el empleo de grandes jeringuillas comunitaria s y la consiguiente expansión del sida en Edimburgo. (Nota del Traductor, P. 8). Esas consecuencias se ven perfectamente resumido, de nuevo, en boca de Renton: “Nuestra única respuesta es seguir igual y a la mierda con todo. Acumular miseria tras miseria. Apilarla en una cucharilla y disolverla con una gota de bilis. Después chutarla por una vena apestosa y purulenta y vuelta a empezar. Seguir igual.  levantarse, salir, atracar, robar, putear a la gente lanzándonos con anhelo en pos del día en que todo saldría mal, porque no importa cuánto guardes para mañana o cuanto robes nunca tienes suficiente, no importa la frecuencia con la que salgas a atracar y a robar a la gente, siempre tienes que levantarte y volver a hacerlo todo otra vez”. (39’ 30’’).


Y encuentran en la misma sociedad y en el grupo el refuerzo para seguir consumiendo, convirtiéndose así en causa y consecuencia. Hasta las celebridades del rock te invitan a seguir consumiendo: “Iggy Pop me mira directamente a mí mientras canta el estribillo: «América toma drogas en defensa de su psique»; sólo que cambia «América» por «Escocia», y me define con más precisión en una sola frase de lo que ningún otro lo haya hecho nunca jamás...” (P. 66). Aquí os dejo el tema de Iggy Pop al que se refiere la novela: Neon Forest. Nos leemos en la IV entrega.


Continuará...

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