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6 de mayo de 2013

Entrevista en Las Mañanas de Cope Zaragoza

La Cadena Cope Zaragoza y Rey Ardid han realizado una colaboración creando una serie de Microespacios radiofónicos con el propósito de difundir las actividades que se realizan en nuestros centros. Aquí podéis oír la serie entera. 

Y dentro de esta serie, nos entrevistan a Pepi Nuño , madre de una usuaria de nuestro centro, y a mi, como el Trabajador Social del CRAP Rey Ardid. El tema del que hablamos, junto a Laura Hernández, presentadora de las Mañanas de Cope Zaragoza, es la Intervención Familiar en Rehabilitación Psicosocial. No os podéis perder la entrevista.

Pero no porque salga yo, sino por escuchar a Pepi, que es muy grande y su testimonio es imprescindible para comprender la intervención familiar. 

Os dejo el enlace en youtube y en Ivoox. 






27 de febrero de 2013

Qué es la Esquizofrenia para EQF&TF


La esquizofrenia. El trastorno más característico del grupo de psicosis, el gran reto de la Psiquiatría. Sin duda, la enfermedad mental que más literatura ha vertido y que, paradójicamente, menos conocemos. Sin ir más lejos, este modesto blog tiene en su título la palabra Esquizofrenia y tiene como uno de sus objetivos acercar más a la sociedad este trastorno, crear comunidad entre las personas y familiares que lo padecen y aportar su granito de arena para romper el estigma social que  lo rodea.

No pretendemos, aunque lo parezca por el título, hacer una nueva definición. Suficientes hay en la Web (aquí, aquí o aquí). Y ya desglosamos los síntomas psicóticos en esta anterior entrada. Siempre recalcando como característica principal de la psicosis la desconexión con la realidad, como diferencia fundamental con los trastornos no psicóticos (como la ansiedad, por ejemplo).


5 de febrero de 2013

¿Qué es el Trabajo Social (en EQF&TF)?



  1. Promueve el cambio social. No solemos estar muy de acuerdo de cómo están las cosas en la sociedad, buscamos el cambio, que las personas se muevan, que no estén quietas.
  2. La resolución de problemas en las relaciones humanas. Las relaciones humanas, los vínculos entre las personas, la comunicación, la lealtad con unos y con otros… complejo, muy complejo. Intentamos mediar, relacionar.
  3. Fortalecimiento y la liberación del pueblo. Unir, crear comunidad, fortalecer redes sociales que permitan que los pueblos puedan elegir, ser más autónomos, no depender tanto de los más fuertes.
  4. Todo ello para incrementar el bienestar. Si se cambia lo disfuncional, resolviendo problemas de relación y creando comunidades fuertes, el bienestar de las personas, familias, grupos y sociedades estará garantizado.
  5. Utilizando teorías sobre el comportamiento humano y los sistema sociales. Pero esto no es fácil, necesitamos de un marco teórico propio para conseguirlo y de la ayuda de diferentes ciencias sociales.
  6. Interviniendo en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Estudiamos el caso, lo diagnosticamos (socialmente, claro está), lo planificamos, lo ejecutamos y lo evaluamos.
  7. Con los principios de los derechos humanos y la justicia social como marco de referencia. Un marco de referencia que todo el mundo debería tener, que menos que ser justos, ¿no?



26 de noviembre de 2010

Supervisión

La formación sistémica recibida durante estos tres últimos años ha cambiado mi visión profesional profundamente. Cada curso recibido, lecturas realizadas, trabajos desarrollados, asistencia a seminarios, participación en distintos foros… han conseguido que sea un profesional totalmente distinto al que acudió por primera vez, en noviembre de 2007, a la charla inaugural de la primera promoción del Master de Intervención Familiar y Sistémica de la Universidad de Zaragoza.


El primer año fue la revolución. La adquisición de unos nuevos conceptos y una nueva forma de trabajar que me fascinaba, hizo que enseguida me pusiera manos a la obra para intentar aplicar las técnicas aprendidas a mi contexto de trabajo (un centro de rehabilitación psicosocial para personas con trastorno mental grave, a partir de ahora CRPS). La relación histórica entre Terapia Familiar y esquizofrenia ayudó notablemente a que se produjera esta revolución (ver página), más que profesional, personal.

Pero, como en toda revolución, hubo problemas. En un contexto, como es el de la Salud Mental, tan individualizado y excesivamente influenciado por lo biológico era complicado ampliar el foco a toda la familia como lugar de intervención. Además, había que evitar los problemas que la Terapia Familiar había tenido en sus orígenes; los familiares no tenían que sentirse culpables. La familia debía ser un recurso terapéutico y había que recoger el sufrimiento que conlleva la irrupción de un Trastorno Mental Grave, como la esquizofrenia. Durante el primer curso, mis esfuerzos se basaron en incorporar la metodología sistémica a mi contexto y conseguir ampliar el foco a la familia. Que los familiares sintieran que, sin ellos, no se puede comenzar un proceso de rehabilitación. En esta idea se basaba la memoria del primer curso: Esquizofrenia y Terapia Familiar. Presente, pasado y futuro, en el que se detallaba cómo crear un Departamento de Terapia Familiar en un CRPS.


25 de noviembre de 2010

Un Itinerario de Terapia Familiar

La Terapia Familiar en un Centro de Rehabilitación Psicosocial es complicada de desarrollar. Nos falta la placa de Terapia Familiar y eso hace, como nos dice Teresa Suárez, que “el demandante no llega nunca con una petición de terapia familiar, sino que, fiel al patrón cultural habitual, lineal, llama con un diagnóstico previo, acerca de quién es el paciente y con dos peticiones: una, la confirmación de su propio diagnóstico, con ciertos retoques de “cientificismo”; otra, la de un cambio, casi mágico, para que el síntoma desaparezca, sin tocar en absoluto el sistema familiar “ (Suárez, Teresa, 1983).

Por ello, los primero que debemos hacer para poder intervenir en el contexto es ampliar el foco del individuo a la familia. Y para ello, debemos hacer una serie de intervenciones previas. Es el esquema terapéutico para poder desarrollar una Terapia Familiar en el contexto de la Salud Mental. En el resto de las páginas de este blog encontraréis la definición de cada uno de los conceptos que van aparecer en este, mejor que esquema, itinerario familiar. Un itinerario flexible a la familia pero que aquí desarrollo de manera genérica.

La Psicoeducación Sistémica

Queremos validar esta hipótesis: si los familiares tienen conocimientos básicos de sistémica y relacionan síntomas con dinámica familiar, tendrán más herramientas para modificar su sistema, cambiar el juego disfuncional y, así, avanzar en el ciclo vital. Además, este proyecto pretende conseguir un modelo válido para resolver el problema de la Terapia Familiar en un servicio público, donde las familias no vienen con la idea de hacer una verdadera intervención familiar. Demostrando, así, que la Terapia Familiar continúa siendo válido para lo nació: tratar los trastornos mentales más graves, como es la psicosis. Y para eso, es conveniente llegar a la conclusión del origen multifactorial de la psicosis; la implantación, no en la teoría sino en la práctica, de un verdadero modelo bio-psico-social para la atención de los TMG, que es donde se adecuan ideas como la Psicoeducación Sistémica.


Se han realizado experiencias desde el programa de Psicoeducación Familiar del Centro de Rehabilitación Psicosocial Rey Ardid. Después de un tiempo de trabajo con un modelo de Psicoeducación familiar más clásico, observamos limitaciones que afectaban al proceso de los pacientes ingresados en nuestro dispositivo. A través de nuestra formación de Terapia Familiar Sistémica, realizamos una evolución en el programa y nuestros resultados han sido satisfactorios. Utilizando la explicación del concepto de emoción expresada, realizamos un deslizamiento de contexto, pasando de un enfoque individual a otro familiar. A partir de este momento, la introducción de conceptos estructurales, del ciclo vital, del concepto de crisis… ofrece a las familias participantes herramientas para el cambio familiar y, por tanto, en el paciente; implicándoles en mayor medida en el proceso rehabilitador para evitar que la cronicidad y el estancamiento se instale en su sistema familiar. Las familias atendidas en esta experiencia mejoraron las expectativas de autonomía y de recuperación como sistema familiar, además de cumplir con los objetivos de la Psicoeducación Familiar clásica.

La Red Social

La Terapia Familiar en un CRPS debe ir acompañada de un proceso de Rehabilitación Psicosocial para conseguir nuestros objetivos. La mejora de la Red Social de una persona de un TMG, entre otras intervenciones, es un objetivo imprescindible para su recuperación. Aquí presentamos una experiencia publicada en la revista Trabajo Social y Salud, nº 63. Para su localización y su lectura completa, pincha aquí.


“TRABAJO SOCIAL GRUPAL CON JÓVENES EN UN CENTRO DE REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL”
RESUMEN:
El grupo jóvenes que padecen un trastorno mental grave (a partir de ahora, TMG) del Centro de Día Rey Ardid, surgió como una necesidad plasmada por los diferentes profesionales que se dedican a la Rehabilitación Psicosocial. Normalmente, estos centros han sido ocupados por personas de 40 años en adelante, con pensiones de incapacidad permanente para cualquier tipo de trabajo, con predominio de síntomas negativos en fase residual de su enfermedad y con un largo historial psiquiátrico. Lo que les hace estar muy entrenados en exigir demandas a los profesionales. Pero desde hace unos años, en los Centros de Rehabilitación Psicosocial (a partir de ahora, CRPS), ingresan pacientes mucho más jóvenes, que no han conocido los dispositivos de la llamada Reforma Psiquiátrica y que tienen unas características muy distintas a la del perfil anterior. En este artículo presentamos una manera de trabajar con este tipo de personas, basándonos en el modelo de la Rehabilitación Psicosocial, la Teoría del Labelling Aproach (etiquetaje) y el Trabajo Social grupal. Todo ello, para conseguir mejorar su red social y crear una nueva identidad distinta a la de enfermo mental

28 de julio de 2009

Comentario Artículo: Análisis de la profesión de Trabajo Social

Tomasa Báñez, profesora titular de Trabajo Social en la Universidad de Zaragoza, nos hace una exposición de las razones de la feminización de la profesión desde un punto de vista antropológico y sociológico. Nos propone reflexionar sobre la situación actual en Aragón, con datos y comparativas con otros países europeos, para que pongamos las medidas oportunas para que el género no sea motivo de desigualdad en el trabajo. Incluso en una profesión tan feminizada como es el Trabajo Social. Podéis leer el artículo pinchando aquí

15 de septiembre de 2008

Integración Social o Romper el Estigma ¿Pueden ser compatibles?

Como os explico en las ideas en las que estoy trabajando, estoy elaborando un artículo sobre la Salud Mental Comunitaria y Red Social, todo ello relacionado con el estigma sobre la esquizofrenia. De momento he realizado esto boceto que quiere marcar las líneas generales. A ver que os parace.

A la hora de intervenir con una persona con TMG nos encontramos con una paradoja: ¿trabajamos su integración social como una persona sin enfermedad o, por otra parte, la trabajamos teniendo en cuenta la etiqueta que tiene? Ambas formas de tratamiento persiguen objetivos y metas muy loables, pero a la vez, tienen inconvenientes que hacen dudar cuál elegir en cada momento. Esta comunicación persigue que durante estos 20 minutos podamos reflexionar sobre ello.
Estas últimas décadas se han caracterizado por la ruptura del estigma de los diversos colectivos que han estado marginados a lo largo de la historia: discapacitados físicos, gays, minorías étnicas… han conseguido dar un salto cualitativo importante en este concepto. Recordad sino, lo que pensábamos en los años 80 si, detrás de un mostrador de información, nos encontrábamos a una persona en silla de ruedas y lo que pensamos ahora. ¿Habrían triunfado en esa década en televisión personas como Boris Izaguirre o Jesús Vázquez? Todos estos colectivos han trabajado en la misma línea: hacer bandera de su diferencia para favorecer al conjunto, conjugado con mensajes a la comunidad de solidaridad y respeto al diferente. Personajes del cine y televisión, autoridades, personalidades del arte han aportado su granito de arena para que, el estigma que sobrevolaba sobre ellos sea derribado, aunque aún quede mucho por hacer en muchos de los casos.
Lo cierto es que, estos colectivos, han trabajado mucho en este aspecto, sabiendo que era la clave para conseguir la integración social de cada uno de los individuos. En Salud Mental (me refiero a usuarios, familiares y profesionales) llevamos mucho retraso en esta línea de trabajo. Aunque no sirva como escusa, partíamos desde mucho más atrás que los demás colectivos referidos. A éstos se les ha perseguido, ninguneado, excluido, pero a las personas que sufrían un TMG se les encerraba directamente y se les excluía totalmente de una comunidad que no les correspondía, simplemente por tener una enfermedad. Romper con el manicomio y que la sociedad lo entendiera, ha sido un trabajo muy duro que ha podido impedir que nos pudiéramos centrar en el objetivo de romper con el estigma. ¿Cómo íbamos a estar trabajando en la línea de que una persona con TMG pudiera decir en público que tenía esquizofrenia, sin que eso influyera en sus relaciones sociales, cuando estábamos convenciendo a la sociedad de que los manicomios no tenía que existir y que sus anteriores inquilinos tenían derecho a vivir en su casa como el resto de los mortales? De hecho, hace pocas semanas en un debate televisivo de una cadena pública, un periodista pedía a gritos la vuelta de los manicomios.
Pero son momentos de cambio. En 2001, como todos sabemos, aparece en las pantallas Una mente maravillosa de Ron Howard, ganadora de cuatro Oscar, incluido el de mejor película. Quizá no supimos rentabilizar esta propaganda. En mi opinión sirvió para que el ciudadano de a pie conociera mejor en qué consiste la esquizofrenia, pero lanzaba un mensaje de excepción, de algo único: ¡gentes del mundo, este tío ha conseguido un premio Nobel teniendo esquizofrenia! Es un ejemplo que no generaliza al colectivo, ya que la verdad es algo que no ocurre todos los días. Pero eso sí, demuestra que con teniendo esquizofrenia, todo es posible.
En los últimos meses, nos bombardean a diario con la nueva campaña de una bebida para deportistas, protagonizada por Radio Colifata de Buenos Aires. Me gusta que utilicen la palabra loco, sin miedo, sin despreciar a nadie. Quién nos iba a decir hace 10 años que unas personas con psicosis iban a protagonizar la campaña de una bebida de la compañía coca – cola. En las III Jornadas de la AARP en Huesca, nos visitaron Radio Nikosia, secuela de la anterior. Nos demostraron su creatividad, su implicación por el proyecto y un trabajo bien realizado. Los podemos oír cada semana en el programa La Ventana de la Cadena Ser. Son sólo dos ejemplos, de los muchos existentes, que demuestran que la persona que padece una esquizofrenia es capaz de mucho más de lo que la sociedad presupone. Les ayuda individualmente, ya que recobran una identidad, tienen un proyecto de vida y recuperan la ilusión. Les reintegra en la comunidad y la comunidad los acoge.
Y lo más importante, ayuda al colectivo. Que las personas que sufren un TMG demuestren su capacidad, sus ganas y su valía, es la mejor forma para romper el estigma. Cuantos más ejemplos como éstos existan, más difícil lo tendrá el estigma para permanecer. No sólo hay que denunciar lo negativo que hace la sociedad contra nosotros, nosotros debemos publicitar lo bueno que hacemos.
Pero para ello hay que pagar un precio, hay que reconocer un diagnóstico. Y además, hay que reconocerlo primero, antes de que los demás vean tu trabajo. Es decir, la sociedad valorará este trabajo en tanto en cuanto digamos que somos diferentes, que nos ocurre algo que nos hace tener una discapacidad. Algo que marcará las relaciones posteriores. A mí, personalmente, me gustaría que fuera al revés. Primero que vieran nuestro trabajo, que nos respetaran por ello, por cómo somos y que, después, si surge de forma natural, se enteraran de ese diagnóstico y que no pasara nada, que no influyera en la relación. Pero, quizá eso sea ciencia – ficción en estos momentos.
Para conseguir esta ¿utopía?, hay que trabajar de forma distinta, las cosas hay que hacerlas transcendiendo la enfermedad y la discapacidad. Hacemos cosas porque nos gustan y porque queremos hacerlas. En el Centro de Día Rey Ardid, nos surgió una necesidad. Con los pacientes más jóvenes teníamos grandes dificultades para que se comprometieran con su proceso de rehabilitación. No sólo era una cuestión de falta de conciencia de enfermedad, que también la había. El gran problema era que las actividades estaban pensadas para el paciente crónico. Es decir, personas de 40 años en adelante, con pensiones de incapacidad permanente para cualquier tipo de trabajo, en el mejor de los casos, o con Pensiones no Contributivas y con grandes dificultades para encontrar un empleo. En la mayoría de los casos hablamos de pacientes con predominio de síntomas negativos en fase residual de su enfermedad y con un largo historial psiquiátrico, tanto ingresos en UCE’s como en CRPS. Muy entrenados en exigir demandas a los profesionales.
Por su parte, los participantes del grupo del que os quiero hablar son personas con menos de 25 años, diagnosticadas con un TMG, con síntomas positivos (aunque también comienzan a predominar los negativos) con nula o parcial conciencia de enfermedad y con un breve historial psiquiátrico aunque puede que exista un número importante de ingresos en UCE (cosa que no hace que aumente la conciencia de enfermedad sino todo lo contrario). Suele existir un consumo de tóxicos y comienzan a quedarse aislados socialmente. Sus amigos, a los que van manteniendo, suelen desaparecer cuando sus obligaciones laborales y la adquisición de pareja hacen que tengan menos tiempo libre para quedar con sus amigos. Estos pacientes no van adquiriendo estas obligaciones y poco a poco se van aislando.
Cuando acuden a un CRPS se enfrentan a unas actividades que no suelen encontrarse dentro de sus centros de intereses y con compañeros con edades avanzadas. A esto se le añade su escasa conciencia de enfermedad (se preguntan para qué tengo que venir aquí), sus dificultades para acudir a una actividad reglada (todos han intentado insertarse en actividades normalizadas, ya sea formativa o laboral y han fracasado en varios intentos y por ello han accedido a acudir a un CRPS) y las dificultades propias de la enfermedad. Suele ser su primer CRPS y se encuentran fuera de lugar.
Por ello, nos marcamos un reto importante que era el de mantener la parte sana de la persona para poder empezar un proceso de rehabilitación psicosocial. Y la mejor manera era la de unir a todas estas personas con intereses comunes marcadas por su edad. No están identificados con el diagnóstico y, eso, es muy sano. Nos dimos cuenta que en la mayoría de los casos su demanda inicial no era otra que la de inserción laboral (es la demanda que impera en la sociedad. Una persona de veintantos años no puede estar sin estudiar ni trabajar, a no ser que esté enfermo, y ellos no están enfermos). A través de una actividad de técnicas de empleo fuimos formando grupo. Ampliaron su red social como compañeros y eso hizo que se responsabilizaran con su proceso rehabilitador.
A partir de ahí, hemos realizado actividades relacionadas con su edad y no con una enfermedad y los resultados han sido muy satisfactorios. Han realizado un blog informático, han realizado visitas culturales, han ido a conciertos de rock, excursiones por su cuenta, han intercambiado música, han hecho deporte juntos y realizamos agendas juveniles, donde lo que se habla es de qué vamos a hacer el fin de semana. La enfermedad no aparece en este espacio, “somos jóvenes y vamos a hacer cosas de jóvenes”. Desde entonces, tienen con quien hacer cosas y tienen sus propias actividades, han mejorado sus habilidades sociales y han ampliado su red social. Su rehabilitación ha sido un éxito y están ligados a proyectos de vida formativos y laborales.
Esta forma de trabajar también es eficaz contra el estigma. Personas diagnosticadas con un TMG, que no se identifican con él. Saben que lo tienen, son responsables con ello, pero actúan como cualquier persona más. Su objetivo más directo es la ampliación de red social y la mejora de habilidades sociales, pero indirectamente intenta romper con el estigma de una manera indirecta; más lenta pero también eficaz, en las relaciones cara a cara.
La otra forma de actuar es más directa, llega a más personas, pero a los participantes les hace identificarse con ese diagnóstico. Lo cierto es que, como decía al principio, ambas formas de trabajo son interesantes, con más ventajas que inconvenientes y con experiencias como estas conseguiremos la utopía: que alguien diga en una mesa tengo esquizofrenia y no pase absolutamente nada.

28 de agosto de 2008

POR QUÉ

Soy trabajador social en un Centro de Día de Salud Mental, donde trabajo desde hace 10 años con personas que sufren un Trastorno Mental Grave. Desde hace un año he comenzado mi formación sistémica y ello ha supuesto un cambio intenso en mi forma de trabajar. Un cambio de visión que me hace comprender al PI de una forma que no me había ocurrido en estos años de experiencia. La idea de emprender este blog es comentar mis inquietudes, mis dudas, noticias, libros y crear un foro de debate entre las personas que les inquieta el mundo de la terapia familiar. Todas las sugerencias son válidas y bienvenidas a esta página, así como comentar casos de todo tipo y no sólo de psicosis.