7 de diciembre de 2012

Intervención Familiar en una Psicosis Temprana



Recientemente apareció en prensa esta noticia: La rehabilitación del cerebro joven puede mejorar el tratamiento de la esquizofrenia. La Universidad de Nueva York han realizado una investigación en la que han demostrado que “si se detecta una anomalía en el cerebro lo suficientemente pronto, se puede redirigir la trayectoria del desarrollo y entrenar al cerebro joven a resolver los problemas que enfrenta el cerebro adulto” (André Fenton). Esta noticia nos lleva a lo que está intentando la psiquiatría actual, evitar que un brote psicótico se cronifique y se convierta en un Trastrono Esquizofrénico.
Utilizamos el término psicosis para hablar de enfermedades capaces de producir síntomas psicóticos, es decir aquellos síntomas que desconecta a quien los sufre con la realidad. En algún momento del periodo psicótico se puede sufrir alguno de los siguientes:


  1. Deterioro cognitivo: desorientación, falta de atención, pérdida de memoria.
  2. Ideas delirantes: ideas falsas que la persona cree firmemente que son la realidad, es su verdad. Preocupan y hacen sufrir a la persona y a su entorno. Por ejemplo, hablamos de delirio de persecución cuando la persona cree que “todo el mundo” le persigue, le vigila o le controla.
  3. Trastornos de la consciencia del yo: La persona cree firmemente que no puede controlar sus pensamientos, actos y voluntad. Son otras personas o entes quien lo hace.
  4. Alucinaciones: La persona percibe, a través de sus sentidos, percepciones falsas que no existen, sin estímulo y que le hacen perder el sentido de la realidad. Por ejemplo, las alucinaciones auditivas, es decir, “las voces”. La persona oye una voz que nadie más oye que puede tener relación con las ideas delirantes.
  5. Confusión del pensamiento
  6. Cambios en la conducta y en las emociones


20 de noviembre de 2012

La Psicoeducación Sistémica publicada en Rehabilitación Psicosocial


Desde que realicé mi formación en intervención familiar y sistémica, uno de mis propósitos ha sido demostrar la eficacia de la Terapia Familiar Sistémica dentro de un proceso rehabilitador en personas con Trastorno Mental Grave. Y como encajan perfectamente los dos marcos teóricos. Por eso, el día que la prestigiosa revista “Rehabilitación Psicosocial” editada por la FEARP, publicó la Psicoeducación Familiar Sistémica, una experiencia en un CRPS supuso un empujón a esa meta

Durante la formación, realicé un trabajo de investigación para validar la eficacia de un módulo de introducción al modelo sistémico para familiares de personas con Esquizofrenia, dentro de la Psicoeducación Familiar. En esta publicación, junto a mi compañero Juan Martínez de la Cuadra, presentamos los resultados de dicha investigación:

Resumen

En el siguiente trabajo pretendemos explicar una experiencia realizada en torno al trabajo con familias, desde el programa de PsicoeducaciónFamiliar del Centro de Rehabilitación Psicosocial Rey Ardid.
Después de un tiempo de trabajo con un modelo de Psicoeducación familiar más clásico, observamos limitaciones que afectaban al proceso de los pacientes ingresados en nuestro dispositivo. A través de nuestra formación de Terapia Familiar Sistémica, realizamos una evolución en el programa y nuestros resultados han sido satisfactorios. Utilizando la explicación del concepto de emoción expresada, realizamos un deslizamiento de contexto, pasando de un enfoque individual a otro familiar. A partir de este momento, la introducción de conceptos estructurales, del ciclo vital, del concepto de crisis… ofrece a las familias participantes herramientas para el cambio familiar y, por tanto, en el paciente; implicándoles en mayor medida en el proceso rehabilitador para evitar que la cronicidad y el estancamiento se instale en su sistema familiar.
Las familias atendidas en esta experiencia mejoraron las expectativas de autonomía y de recuperación como sistema familiar, además de cumplir con los objetivos de la Psicoeducación Familiar clásica.
Texto completo: PDF Para su lectura es necesario el registro en la revista (totalmente gratuito).

26 de noviembre de 2010

Supervisión

La formación sistémica recibida durante estos tres últimos años ha cambiado mi visión profesional profundamente. Cada curso recibido, lecturas realizadas, trabajos desarrollados, asistencia a seminarios, participación en distintos foros… han conseguido que sea un profesional totalmente distinto al que acudió por primera vez, en noviembre de 2007, a la charla inaugural de la primera promoción del Master de Intervención Familiar y Sistémica de la Universidad de Zaragoza.


El primer año fue la revolución. La adquisición de unos nuevos conceptos y una nueva forma de trabajar que me fascinaba, hizo que enseguida me pusiera manos a la obra para intentar aplicar las técnicas aprendidas a mi contexto de trabajo (un centro de rehabilitación psicosocial para personas con trastorno mental grave, a partir de ahora CRPS). La relación histórica entre Terapia Familiar y esquizofrenia ayudó notablemente a que se produjera esta revolución (ver página), más que profesional, personal.

Pero, como en toda revolución, hubo problemas. En un contexto, como es el de la Salud Mental, tan individualizado y excesivamente influenciado por lo biológico era complicado ampliar el foco a toda la familia como lugar de intervención. Además, había que evitar los problemas que la Terapia Familiar había tenido en sus orígenes; los familiares no tenían que sentirse culpables. La familia debía ser un recurso terapéutico y había que recoger el sufrimiento que conlleva la irrupción de un Trastorno Mental Grave, como la esquizofrenia. Durante el primer curso, mis esfuerzos se basaron en incorporar la metodología sistémica a mi contexto y conseguir ampliar el foco a la familia. Que los familiares sintieran que, sin ellos, no se puede comenzar un proceso de rehabilitación. En esta idea se basaba la memoria del primer curso: Esquizofrenia y Terapia Familiar. Presente, pasado y futuro, en el que se detallaba cómo crear un Departamento de Terapia Familiar en un CRPS.


25 de noviembre de 2010

Un Itinerario de Terapia Familiar

La Terapia Familiar en un Centro de Rehabilitación Psicosocial es complicada de desarrollar. Nos falta la placa de Terapia Familiar y eso hace, como nos dice Teresa Suárez, que “el demandante no llega nunca con una petición de terapia familiar, sino que, fiel al patrón cultural habitual, lineal, llama con un diagnóstico previo, acerca de quién es el paciente y con dos peticiones: una, la confirmación de su propio diagnóstico, con ciertos retoques de “cientificismo”; otra, la de un cambio, casi mágico, para que el síntoma desaparezca, sin tocar en absoluto el sistema familiar “ (Suárez, Teresa, 1983).

Por ello, los primero que debemos hacer para poder intervenir en el contexto es ampliar el foco del individuo a la familia. Y para ello, debemos hacer una serie de intervenciones previas. Es el esquema terapéutico para poder desarrollar una Terapia Familiar en el contexto de la Salud Mental. En el resto de las páginas de este blog encontraréis la definición de cada uno de los conceptos que van aparecer en este, mejor que esquema, itinerario familiar. Un itinerario flexible a la familia pero que aquí desarrollo de manera genérica.