5 de febrero de 2013

¿Qué es el Trabajo Social (en EQF&TF)?



  1. Promueve el cambio social. No solemos estar muy de acuerdo de cómo están las cosas en la sociedad, buscamos el cambio, que las personas se muevan, que no estén quietas.
  2. La resolución de problemas en las relaciones humanas. Las relaciones humanas, los vínculos entre las personas, la comunicación, la lealtad con unos y con otros… complejo, muy complejo. Intentamos mediar, relacionar.
  3. Fortalecimiento y la liberación del pueblo. Unir, crear comunidad, fortalecer redes sociales que permitan que los pueblos puedan elegir, ser más autónomos, no depender tanto de los más fuertes.
  4. Todo ello para incrementar el bienestar. Si se cambia lo disfuncional, resolviendo problemas de relación y creando comunidades fuertes, el bienestar de las personas, familias, grupos y sociedades estará garantizado.
  5. Utilizando teorías sobre el comportamiento humano y los sistema sociales. Pero esto no es fácil, necesitamos de un marco teórico propio para conseguirlo y de la ayuda de diferentes ciencias sociales.
  6. Interviniendo en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Estudiamos el caso, lo diagnosticamos (socialmente, claro está), lo planificamos, lo ejecutamos y lo evaluamos.
  7. Con los principios de los derechos humanos y la justicia social como marco de referencia. Un marco de referencia que todo el mundo debería tener, que menos que ser justos, ¿no?



7 de diciembre de 2012

Intervención Familiar en una Psicosis Temprana



Recientemente apareció en prensa esta noticia: La rehabilitación del cerebro joven puede mejorar el tratamiento de la esquizofrenia. La Universidad de Nueva York han realizado una investigación en la que han demostrado que “si se detecta una anomalía en el cerebro lo suficientemente pronto, se puede redirigir la trayectoria del desarrollo y entrenar al cerebro joven a resolver los problemas que enfrenta el cerebro adulto” (André Fenton). Esta noticia nos lleva a lo que está intentando la psiquiatría actual, evitar que un brote psicótico se cronifique y se convierta en un Trastrono Esquizofrénico.
Utilizamos el término psicosis para hablar de enfermedades capaces de producir síntomas psicóticos, es decir aquellos síntomas que desconecta a quien los sufre con la realidad. En algún momento del periodo psicótico se puede sufrir alguno de los siguientes:


  1. Deterioro cognitivo: desorientación, falta de atención, pérdida de memoria.
  2. Ideas delirantes: ideas falsas que la persona cree firmemente que son la realidad, es su verdad. Preocupan y hacen sufrir a la persona y a su entorno. Por ejemplo, hablamos de delirio de persecución cuando la persona cree que “todo el mundo” le persigue, le vigila o le controla.
  3. Trastornos de la consciencia del yo: La persona cree firmemente que no puede controlar sus pensamientos, actos y voluntad. Son otras personas o entes quien lo hace.
  4. Alucinaciones: La persona percibe, a través de sus sentidos, percepciones falsas que no existen, sin estímulo y que le hacen perder el sentido de la realidad. Por ejemplo, las alucinaciones auditivas, es decir, “las voces”. La persona oye una voz que nadie más oye que puede tener relación con las ideas delirantes.
  5. Confusión del pensamiento
  6. Cambios en la conducta y en las emociones


20 de noviembre de 2012

La Psicoeducación Sistémica publicada en Rehabilitación Psicosocial


Desde que realicé mi formación en intervención familiar y sistémica, uno de mis propósitos ha sido demostrar la eficacia de la Terapia Familiar Sistémica dentro de un proceso rehabilitador en personas con Trastorno Mental Grave. Y como encajan perfectamente los dos marcos teóricos. Por eso, el día que la prestigiosa revista “Rehabilitación Psicosocial” editada por la FEARP, publicó la Psicoeducación Familiar Sistémica, una experiencia en un CRPS supuso un empujón a esa meta

Durante la formación, realicé un trabajo de investigación para validar la eficacia de un módulo de introducción al modelo sistémico para familiares de personas con Esquizofrenia, dentro de la Psicoeducación Familiar. En esta publicación, junto a mi compañero Juan Martínez de la Cuadra, presentamos los resultados de dicha investigación:

Resumen

En el siguiente trabajo pretendemos explicar una experiencia realizada en torno al trabajo con familias, desde el programa de PsicoeducaciónFamiliar del Centro de Rehabilitación Psicosocial Rey Ardid.
Después de un tiempo de trabajo con un modelo de Psicoeducación familiar más clásico, observamos limitaciones que afectaban al proceso de los pacientes ingresados en nuestro dispositivo. A través de nuestra formación de Terapia Familiar Sistémica, realizamos una evolución en el programa y nuestros resultados han sido satisfactorios. Utilizando la explicación del concepto de emoción expresada, realizamos un deslizamiento de contexto, pasando de un enfoque individual a otro familiar. A partir de este momento, la introducción de conceptos estructurales, del ciclo vital, del concepto de crisis… ofrece a las familias participantes herramientas para el cambio familiar y, por tanto, en el paciente; implicándoles en mayor medida en el proceso rehabilitador para evitar que la cronicidad y el estancamiento se instale en su sistema familiar.
Las familias atendidas en esta experiencia mejoraron las expectativas de autonomía y de recuperación como sistema familiar, además de cumplir con los objetivos de la Psicoeducación Familiar clásica.
Texto completo: PDF Para su lectura es necesario el registro en la revista (totalmente gratuito).

26 de noviembre de 2010

Supervisión

La formación sistémica recibida durante estos tres últimos años ha cambiado mi visión profesional profundamente. Cada curso recibido, lecturas realizadas, trabajos desarrollados, asistencia a seminarios, participación en distintos foros… han conseguido que sea un profesional totalmente distinto al que acudió por primera vez, en noviembre de 2007, a la charla inaugural de la primera promoción del Master de Intervención Familiar y Sistémica de la Universidad de Zaragoza.


El primer año fue la revolución. La adquisición de unos nuevos conceptos y una nueva forma de trabajar que me fascinaba, hizo que enseguida me pusiera manos a la obra para intentar aplicar las técnicas aprendidas a mi contexto de trabajo (un centro de rehabilitación psicosocial para personas con trastorno mental grave, a partir de ahora CRPS). La relación histórica entre Terapia Familiar y esquizofrenia ayudó notablemente a que se produjera esta revolución (ver página), más que profesional, personal.

Pero, como en toda revolución, hubo problemas. En un contexto, como es el de la Salud Mental, tan individualizado y excesivamente influenciado por lo biológico era complicado ampliar el foco a toda la familia como lugar de intervención. Además, había que evitar los problemas que la Terapia Familiar había tenido en sus orígenes; los familiares no tenían que sentirse culpables. La familia debía ser un recurso terapéutico y había que recoger el sufrimiento que conlleva la irrupción de un Trastorno Mental Grave, como la esquizofrenia. Durante el primer curso, mis esfuerzos se basaron en incorporar la metodología sistémica a mi contexto y conseguir ampliar el foco a la familia. Que los familiares sintieran que, sin ellos, no se puede comenzar un proceso de rehabilitación. En esta idea se basaba la memoria del primer curso: Esquizofrenia y Terapia Familiar. Presente, pasado y futuro, en el que se detallaba cómo crear un Departamento de Terapia Familiar en un CRPS.