25 de septiembre de 2014

La Psicoeducación Sistémica en las Jornadas Aragonesas de Terapia Familiar

El pasado fin de semana se celebraron en Zaragoza las IV Jornadas aragonesas de Terapia Familiar con el lema "¿Es posible un diagnóstico relacional?". Gran participación y alta calidad en las comunicaciones que contaron, entre otros, con Marino Pérez y Norberto Barbagelata, como os contaba en anteriores post. Y EQF&TF puso su granito de arena con una comunicación libre: "La Psicoeducación Sistémica" que quiero compartir con todos vosotros, tanto las diapositivas como el power point: 



13 de agosto de 2014

Jornadas de Terapia Familiar ¿Es posible un diagnóstico relacional?

La Asociación Aragonesa de Terapia Familiar organiza para los días 19 y 20 de septiembre sus IV jornadas con el título ¿Es posible un diagnóstico relacional? Aquí tienes la información.

Estoy muy contento ya que acaban de aprobar la comunicación sobre la Psicoeducación Sistémica que tendré el honor de presentar el sábado 20 de septiembre dentro de las Comunicaciones libres simultáneas. 



Y es un honor y toda una responsabilidad por la calidad de los ponentes:

25 de julio de 2014

¿Qué nos enseña Trainspotting sobre las Toxicomanías? (y VI)

Acabamos ya esta serie veraniega sobre Trainspotting. Y lo hacemos, como no, con el tratamiento. Muchas veces se dice que hay que tocar fondo para hacer un cambio. Y eso es precisamente lo que le ocurre a nuestro protagonista. En el post anterior, dejábamos a Mark Renton, en medio de una sobredosis mientras sonaba “Perfect Day” de Lou Reed. Y es, precisamente este momento que ve la muerte de cerca, lo que lleva a Mark Renton, mejor dicho a su familia, a comenzar un tratamiento para desengancharse de la heroína.

Fuente:  www.circulaseguro.com


No era la primera vez que lo intentaba, la historia es un constante intento de salir de este mundo VS justificarse para seguir dentro. La primera, es al principio, por él mismo: “Diez latas de sopa de tomate Heinz, ocho latas de crema de champiñones (todas para consumir frías), un gran bote de helado de vainilla (que dejaré derretir para bebérmelo), dos botellas de laxante, un frasco de paracetamol, un paquete de pastillas Rinstead para la boca, un frasco de multivitaminas, cinco litros de agua mineral, doce bebidas isotónicas Lucozade y algunas revistas: porno blando, Viz, Scottish Football Today, The Punter, etc. El artículo más importante ya me lo procuré durante una visita al hogar familiar; la botella de Valium de mi madre, sustraída del armario del cuarto de baño. No me hace sentir mal. Ahora nunca los usa, y si los necesitara, su edad y su sexo dictarían que el memo de su médico se los recete como si fueran gominolas. Tacho amorosamente todos los artículos de mi lista. Va a ser una semana dura (P. 15).

22 de julio de 2014

¿Qué nos enseña Trainspotting de las toxicomanías? (V)

Y hoy hablamos del consumo, del acto de chutarse, picarse, meterse jaco… La película y la novela son excesivamente gráficas con el acto del consumo, con sus rituales, con la música. Nos explican con todo tipo de detalles cómo hacer un pico y sus rituales en el 33’ 07’’.

En esta escena nos lo presentan como el gran orgasmo sexual nunca jamás experimentado: “Deja caer una bola de algodón en la cucharilla y sopla sobre ella, antes de absorber unos 5 ml con la aguja hasta la cámara de la jeringuilla. Ha hecho asomara golpecitos una enorme vena azul, que casi parece estar saliéndose del brazo de Ali. Atraviesa su carne e inyecta lentamente un poquito, antes de bombear sangre hacia el interior de la cámara. Los labios de Ali vibran mientras le contempla suplicante durante uno o dos segundos. La cara de Sick Boy es fea, como de reptil, y mira de soslayo antes de impulsar el cóctel hacia el cerebro de la chica. Ella echa la cabeza hacia atrás, cierra los ojos y abre la boca, dejando escapar un gemido orgiástico. Los ojos de Sick Boy están ahora llenos de asombro y tienen una expresión inocente, como los de un crío que acaba de descubrir un montón de regalos envueltos bajo el árbol el día de Navidad por la mañana. Ambos resultan extrañamente hermosos y puros a la vacilante luz de la vela. «Esto es mejor que cualquier inyección de carne... mejor que cualquier puta polla del mundo...», jadea Ali, completamente en serio”. (P. 9).